25/2/14

Encanto: Una casa, un teatro, un fragmento cultural.

Mientras, FIVAC desempolva también  la historia del antiguo cine Encanto.

 

      Los festejos por el medio milenio de la ciudad no solo invitan a una rehabilitación de su Centro Histórico, sino también a hurgar en la memoria cultural que atesoran sus inmuebles. El accionar del comité organizador del FIVAC en la revitalización del Cine Encanto es uno de esos ejemplos que, aunque en coordenadas diferentes, encuentra sólidos antecedentes en el siglo xviii y primera mitad del xix, cuando los propietarios de la casona de Soledad no. 16, la arrendaron a comerciantes y sociedades, quienes con sus establecimientos enriquecieron el imaginario de camagüeyanos y forasteros.

 

El nomenclátor de 1883-84 anunciaba a toda Cuba y América que en el espacio de enclave del actual Cine Encanto, encontraría el visitante el Hotel Telégrafo "con servicio de café", a cargo del comerciante José Colomer; y en 1916, bajo el topónimo Soledad o Estrada Palma indistintamente, la "Casa de A. Socarras", tienda de víveres de Alfredo Socarrás, el estudio fotográfico de Torrecilla y Hernández, así como el servicio de retratos al creyón y agencia de colocaciones de José R. Césares.

 

Encanto, como nombre de establecimiento, parece encontrar su origen en la habilitación de esta casa para sede de espectáculos públicos por parte de la Cía. Comercial El Lugareño con posterioridad a 1923, año en que su sede se traslada desde La Habana a Camagüey; sin embargo, aparece asociado al arte cinematográfico cuando los empresarios teatrales Castillo, Barillas y Cía., con residencia en Sagua la Grande, conciben el espacio como Salón Cinematográfico y de Variedades, inaugurándolo el 24 de febrero de 1934 a las 5 de la tarde con una súper producción de la RKO Radio Picture y; en horas de la noche, un baile en homenaje al Grito de Baire organizado por los cronistas de la prensa local, acontecimiento en el que participaron las Bandas Militar y Municipal y las orquestas OMJK del profesor "Paquito" Agüero y la de los hermanos Licea.

 

A partir de entonces, la casa colonial de estirpe neoclásica no solo se sumergió en la columna "Carnet Teatral" y la sección "Mundo Social" del periódico El Camagüeyano; sino también en un cambio de su expresión arquitectónica. A la habilitación para cine que realizara el arquitecto Francisco Herrero Morató entre noviembre de 1933 y febrero del 34, siguieron el  declive del piso, la construcción de palcos, la instalación de las lámparas Strong para mejor proyección de las películas, la modernización de la cubierta, la construcción de un salón para fumar y el aumento del número de lunetas: de 391 (1933) a 766 (1955).  La imagen actual responde al proyecto del arquitecto Claudio Muns Blanchart en 1955, para entonces el teatro de Estrada Palma no. 410  modificó la composición de su fachada para adquirir una marquesina que por moda y funcionalidad otorgó al Encanto un indiscutible toque de modernidad que está llamado a renovarse para los 500 años de la ciudad.

 

Bajo la égida del nombre Encanto, el área que ocupara la casona Soledad no. 16 acoge hoy a la Oficina del FIVAC y todo su proyecto cultural un Circuito para la Exhibición, el Desarrollo y la Investigación de los Nuevos Medios; proyecto que ofrece continuidad a la incesante búsqueda de contemporaneidad que ha matizado a la ciudad desde pasadas centurias. 

 

Marcos Tamames Henderson

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